I don't love you like I loved you yesterday


miércoles, 19 de octubre de 2011

Sofía, Sofía, Sofía. Su nombre retumbaba en mi cabeza mientras su mano izquierda acariciaba mi espalda haciendo ochos. No había forma de arrancarla de mi ser, la necesitaba para poder seguir respirando, me daba la vida con el simple bombeo de sangre que ejercía su corazón.

Nunca supe que sentir, la quería con fiebre, no había límites, pero no me ayudaba a adivinar que debía sentir. A veces la odiaba, quería que me dejara en paz, como cuando una avispa entra en tu habitación y abres la ventana para que se vaya por miedo a que te pique. Otras, en cambio la veía como una mariposa a la que había atrapado y cortado las alas y sentía que debía dejarla escapar. No tenía claro si decidirme a ser feliz o decidirme a que fuera feliz.

De todas formas, ella era de otros, siempre era de otros. Algunas veces volvía empapada en lágrimas y otras no le cabía la sonrisa en la cara, sinceramente sigo sin saber qué me duele más. Cierto es que a veces era mía, pero lo que sentía cada uno en ese momento era irremediablemente incomparable. Me bastaba mirarla a los ojos para saber porqué la quería...



+ Eres tú el único que me quiere, ¿verdad?
- No sé si el único, pero seguro que el que más.

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